miércoles, 17 de enero de 2018

Recuerdos Entrañables





Hace un par de días me enteré de la noticia del fallecimiento de Antonio Garrido Moraga y un sentimiento de profunda tristeza me inundó, … eso sí, … acompañado de muy gratos recuerdos. 

De entre las múltiples disciplinas que abarcaba, la que a mí más de cerca me tocó, fue su faceta como profesor. Tuve la inmensa fortuna de ser uno de los muchos alumnos anónimos que pasaron por sus aulas.

En la Universidad de Málaga, fue mi profesor de Literatura Española cuando cursaba mis estudios de Filología Inglesa y también, algo más tarde, de Lengua y Literatura en el curso de Experto Universitario en la Enseñanza de Español como Lengua Extranjera. 

Me sentí enormemente afortunado por ello. Su capacidad comunicativa era magistral. Sus clases eran especiales, … amenas e infinitamente divertidas. Dotadas de un ritmo, frescura, gracia y conocimiento extraordinarios. Nos animaba a enseñar mirando a los ojos y huir de la linealidad y la monotonía. Buscar el interés, la curiosidad y el humor en los textos literarios. La satisfacción de aprender. 

Se marchan contigo tus gestos, tu sonrisa de pillo y tu verbo locuaz, … pero mi admiración queda intacta. Hasta siempre, Antonio.



¡Cuántas veces la escuché...! Seguiremos soñando, Dolores!