Quique González y José Ignacio Lapido
Mucho podríamos hablar sobre las características del perro como el mejor amigo del hombre, por su carácter, su mirada, su lealtad, su raza, etc. Pues, estos dos perros que andan sueltos desde hace poco tiempo, están haciendo alarde de éstas y muchas otras virtudes.
El concierto al que pude asistir anoche estuvo lleno de preciosismo, de poesía, y por supuesto, de rock and roll. Aforo completo, ambiente como en el de las buenas tardes y mucha y buena música: música con mayúsculas. Podría valer el símil de noche de perros, no por el mal tiempo (que al final acompañó), sino por la jauría musical que estos dos extraordinarios rockeros-cantautores, poetas-músicos, desplegaron.
El repertorio cuidadosamente seleccionado por ambos, medido al milímetro, sin concesiones a la galería, y sí a la honestidad. La banda, contundente, sin fisuras. Y el marco, incomparable. Frente a La Alhambra. Solo había que asomarse al balcón para saber que la noche era mágica. Y a fe que lo fue.
Ambos intercambiaron temas. Sonaron Dallas Memphis, Clase Media, Algo me aleja de ti, En el ángulo muerto, Luz de ciudades en llamas, Nubes con forma de pistola (091), y muchos otros, todos excepcionales. Temas que cualquiera de ellos podría pasar por haber sido creado por el otro.
Todos a los que nos gusta esto, todavía seguimos emocionados. Anoche nos sentimos afortunados, y aún lo estamos saboreando. Eso, siempre quedará.
Bendita noche, bendita música. Benditos ladridos de dos perros mágicos.
El concierto al que pude asistir anoche estuvo lleno de preciosismo, de poesía, y por supuesto, de rock and roll. Aforo completo, ambiente como en el de las buenas tardes y mucha y buena música: música con mayúsculas. Podría valer el símil de noche de perros, no por el mal tiempo (que al final acompañó), sino por la jauría musical que estos dos extraordinarios rockeros-cantautores, poetas-músicos, desplegaron.
El repertorio cuidadosamente seleccionado por ambos, medido al milímetro, sin concesiones a la galería, y sí a la honestidad. La banda, contundente, sin fisuras. Y el marco, incomparable. Frente a La Alhambra. Solo había que asomarse al balcón para saber que la noche era mágica. Y a fe que lo fue.
Ambos intercambiaron temas. Sonaron Dallas Memphis, Clase Media, Algo me aleja de ti, En el ángulo muerto, Luz de ciudades en llamas, Nubes con forma de pistola (091), y muchos otros, todos excepcionales. Temas que cualquiera de ellos podría pasar por haber sido creado por el otro.
Todos a los que nos gusta esto, todavía seguimos emocionados. Anoche nos sentimos afortunados, y aún lo estamos saboreando. Eso, siempre quedará.
Bendita noche, bendita música. Benditos ladridos de dos perros mágicos.
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