martes, 27 de diciembre de 2011

Ser solidarios: una tarea de todos



Escolaridad Solidaria: “Ayudar a su escolarización cambiará sus vidas”


Estos días de Navidad son propicios para disfrutar de la familia y los amigos. Sin embargo, son muchas las personas que no tienen las necesidades básicas cubiertas. Esto me ha hecho pensar en todas esas personas anónimas que, a lo largo de todo el año, ponen su granito de arena para ayudar a los demás. Estoy hablando de Solidaridad.

Ser solidario no es sólo tarea de los gobiernos, sino de todos. Podemos ser solidarios con lo que tenemos cerca, colaborando con la familia o ayudando a los compañeros. También, ser solidarios con los que están lejos.

De entre los muchos proyectos que hay, quiero hablaros de uno que me es cercano. Es el proyecto de la ONG Escolaridad Solidaria http://www.escolaridadsolidaria.org/, surgido en el año 2009, cuyos fundadores son los miembros de una familia malagueña con ganas ayudar.

Tras un viaje a Myanmar, (antes Birmania) conocieron de primera mano la situación social y económica tan penosa que vivían (y viven) sus habitantes. Esto afecta a todos los sectores de la población birmana, y en especial a los niños, que tienen pocas posibilidades para adquirir una formación y educación básicas. Pensaron que ellos podían ayudar a que estos niños tuvieran el día de mañana un futuro esperanzador y, así nació esta ONG, sin ánimo de lucro. Su objetivo fundamental es proveerles de material escolar y ayudarles en el coste de su escolarización.

La idea es clara y sencilla: “Todos podemos hacer algo para ayudar a los demás.”

Después de las dificultades iniciales para poner en marcha el proyecto, hoy en día es una realidad. Gracias a la ayuda completamente desinteresada de muchos amigos y colaboradores, me hace feliz saber que, en algún sitio, hay alguien que está intentando mejorar en su vida gracias a la solidaridad de otros. Han sido múltiples las donaciones de material escolar que se han realizado desde esta ONG para ayudar a estos jóvenes, y sólo ver sus caras, bien vale la pena.

Desde aquí os animo a que participéis en este magnífico proyecto solidario, o en cualquier otro que os haga sentir que ayudar es siempre enriquecedor.



En este mundo donde lo que prima es el individualismo y el alejamiento de los problemas que afectan a los demás, tener conciencia crítica de la realidad en la que vivimos, puede hacernos tomar una postura de compromiso y sentido de la responsabilidad, asumiendo que nada de lo que ocurre en el mundo nos debe ser ajeno. Desde luego, no es una tarea fácil. De ahí la necesidad de entender la solidaridad como un estilo de vida asentado en el convencimiento de que sólo así es posible dignificar el papel que ocupamos en un mundo de injusticias, en el que nuestra participación, por modesta que sea, siempre será indispensable.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Un genio andaluz


Conmemoración del 75º Aniversario de la muerte de Federico García Lorca

Antes de que eche el cierre este año, no quiero dejar pasar la oportunidad de rendir mi pequeño homenaje a Federico.

(Fuente Vaqueros, España, 1898 - Víznar, id., 1936) Poeta y dramaturgo español. Los primeros años de la infancia de Federico García Lorca transcurrieron en el ambiente rural de su pequeño pueblo granadino, para después ir a estudiar a un colegio de Almería.
Continuó sus estudios superiores en la Universidad de Granada: estudió filosofía y letras y se licenció en derecho. En la universidad hizo amistad con Manuel de Falla, quien ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folclore y lo popular.

A partir de 1919, se instaló en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Juan Ramón Jiménez y a Machado, y trabó amistad con poetas de su generación y artistas como Buñuel o Dalí. En este ambiente, Lorca se dedicó con pasión no sólo a la poesía, sino también a la música y el dibujo, y empezó a interesarse por el teatro. Sin embargo, su primera pieza teatral, El maleficio de la mariposa, fue un fracaso.
En 1921 publicó su primera obra en verso, Libro de poemas, con la cual, a pesar de acusar las influencias románticas y modernistas, consiguió llamar la atención. Sin embargo, el reconocimiento y el éxito literario de Federico García Lorca llegó con la publicación, en 1927, de Canciones y, sobre todo, con las aplaudidas y continuadas representaciones en Madrid del drama Mariana Pineda.
Entre 1921 y 1924, al mismo tiempo que trabajaba en Canciones, escribió una obra basada en el folclore andaluz, el Poema del cante jondo (publicado en 1931), un libro ya más unitario y madurado, con el que experimenta por primera vez lo que será un rasgo característico de su poética: la identificación con lo popular y su posterior estilización culta, que llevó a su plena madurez con el Romancero gitano (1928), obra que obtuvo un éxito inmediato. En él se funden lo popular y lo culto para cantar al pueblo perseguido de los gitanos, personajes marginales marcados por un trágico destino. Formalmente, Lorca consiguió un lenguaje personal, inconfundible, que reside en la asimilación de elementos y formas populares combinados con audaces metáforas.
Tras este éxito, Lorca viajó a Nueva York, ciudad en la que residió como becario durante el curso 1929-1930. Las impresiones que la ciudad imprimió en su ánimo se materializaron en Poeta en Nueva York (publicada póstumamente en 1940), un canto angustiante, con ecos de denuncia social, contra la civilización urbana y mecanizada de hoy.

De nuevo en España, en 1932 Federico García Lorca fue nombrado director de La Barraca, compañía de teatro universitario que se proponía llevar a los pueblos de Castilla el teatro clásico del Siglo de Oro. Su interés por el teatro, tanto en su vertiente creativa como de difusión, responde a una progresiva evolución hacia lo colectivo y un afán por llegar de la forma más directa posible al pueblo. Así, los últimos años de su vida los consagró al teatro, a excepción de dos libros de poesía: Diván del Tamarit, conjunto de poemas inspirados en la poesía arabigoandaluza, y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1936), hermosa elegía dedicada a su amigo torero, donde combina el tono popular con imágenes de tono surrealista.

Las últimas obras de Federico García Lorca son piezas teatrales. Yerma (1934) es una verdadera tragedia al modo clásico. Parecido es el asunto en Bodas de Sangre (1933), donde un suceso real inspiró el drama de una novia que huye tras su boda con un antiguo novio (Leonardo). La huida, llena de premoniciones, en la que la propia muerte aparece como personaje, presagia un final al que se viene aludiendo desde la primera escena y en el que ambos hombres se matarán, segando así la posibilidad de continuidad de la estirpe por ambas ramas y renovando la muerte del padre del novio a manos de la familia de Leonardo. De esta manera, la pasión y la autobúsqueda concluyen con la destrucción de todo el orden establecido.

Entre toda ellas destaca La Casa de Bernarda Alba(1936), donde la pasión por la vida de la joven Adela, encerrada en su casa junto con sus hermanas a causa del luto de su padre y oprimida bajo el yugo de una madre tiránica, se rebelará sin temor a las últimas consecuencias. De esta manera, su pasión por la vida se estrellará contra el muro de incomprensión de su familia concluyendo todo con su eliminación. Junto con la figura de la protagonista, destaca la serie de retratos femeninos que realiza el autor, desde la propia Bernarda hasta la vieja criada confidente de todas (La Poncia), la hermana amargada y envidiosa (Martirio) o la abuela enloquecida que se opone a la tiranía de Bernarda.
La casa de Bernarda Alba, considerada su obra maestra, fue también la última, ya que ese mismo año, al estallar la guerra civil, fue detenido y fusilado diez días más tarde, bajo acusaciones que señalaban hacia su papel de poeta, librepensador y personaje susceptible de alterar el «orden social».



Su obra lo hizo eterno.